lunes, 12 de enero de 2009

Primer contacto con Windows 7

Como sabréis, Microsoft ha publicado este viernes la versión beta de Windows 7. Y digo "la" porque, según los rumores que circulan por los mentideros, Windows 7 sólo va a tener una beta y una RC (Release Candidate, o sea, candidata a distribución), y de ahí va a ir derechito a manufactura. O lo que es lo mismo, es más que probable que tengamos la versión definitiva de Windows 7 este verano.

Pero a lo que iba. La beta recién publicada es de libre acceso, y se puede descargar libremente desde el sitio web de Microsoft, en la forma de una imagen ISO de unos 2,5 Gb. Yo la he descargado ayer, y hoy he estado instalándola en una máquina virtual y trasteando un poco con ella. Éstas son mis primeras impresiones.

En cuanto a rendimiento, es sorprendente. Desde el momento en que creé la máquina virtual hasta el momento en el que llegué al escritorio de Windows pasaron exactamente 43 minutos. Windows Vista, en una máquina virtual el mismo ordenador, tarda unas dos horas en instalar. Una vez arrancado y con la configuración "de fábrica", tiene una carga de trabajo en vacío de unos 250 Mb. En Windows Vista, tenía que desactivar varios servicios para poder alcanzar esa cifra. El resultado es que se ha comportado bastante razonablemente con los 384 Mb de RAM que tiene asignada la máquina virtual. La estabilidad, como es de esperar en un descendiente de NT, es máxima. No lo he probado muy a fondo, pero no he tenido ningún problema.

Una de las principales características de Windows Vista era el UAC, o Control de Cuentas de Usuario. Este componente se encargaba de pedir confirmación ante cualquier acción potencialmente dañina para el sistema, y ha sido muy criticado por su insistencia. En Windows 7 está mucho más ajustado. Sólo se muestran diálogos de confirmación cuando se va a ejecutar programas de terceras partes, y la mayor parte de las acciones que parten de los programas incluidos con Windows (como el Explorer o el Administrador de tareas) se ejecutan sin más que un simple aviso. Sigue causando alguna que otra interrupción, pero ahora es manejable, y merece la pena cuando se piensa en los beneficios en materia de seguridad.



El aspecto externo no ha cambiado mucho respecto a Vista. Lo único que salta a la vista es la nueva barra de tareas, en la que, en lugar de mostrarse un botón por cada ventana abierta, se muestra un icono (sin texto) por aplicación. Supongo que tendrán una buena razón para haberla diseñado así, pero creo que es un paso atrás: el tener que hacer DOS clics para cambiar de ventana del explorador de Windows, y el no poder leer el título de la aplicación hacen más tedioso el cambiar de tarea.

La versión de Internet Explorer incluida es la 8, que mantiene el desorganizado diseño externo de la versión 7, pero que promete ser más respetuosa con los estándares. El tiempo dirá si Microsoft mantiene su promesa, aunque puede que se vean forzados a ello por la pérdida de cuota de mercado frente a Firefox y Opera.

En cuanto a compatibilidad, no puedo decir mucho. He podido instalar los drivers de VMWare para Windows Vista en Windows 7 sin problemas, eso sí, pero en cuanto a aplicaciones no he hecho ninguna prueba concluyente, ya que las dos o tres aplicaciones que he probado a instalar funcionan perfectamente en Vista.

En general, tiene muy buena pinta, con la excepción, quizás, de la nueva barra de tareas. Tendré ocasión de probarlo más a fondo en los próximos días, y ya os contaré mis experiencias.

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