lunes, 12 de octubre de 2009

Lo que siempre quisiste saber sobre la TDT y nadie se atrevió a contarte

A lo largo de este mes de octubre, gran parte de Castilla y León sufrirá el temido apagón analógico. En esos lugares desaparecerá la señal de televisión tradicional (625 líneas, 50 cuadros por segundo entrelazados, sistema de color PAL), que ha ocupado las ondas desde el comienzo de las emisiones de Televisión Española en 1956. A partir de ese momento, sólo estará disponible la señal de televisión digital terrestre, conocida por sus siglas, TDT. Otras partes de España han hecho ya la transición al sistema digital, y las restantes, la completarán antes de la fecha límite del 3 de abril de 2010.

Lo malo es que no nos han contado todo lo que deberíamos saber.

Por ejemplo, nos dicen que todos los televisores pueden recibir la TDT con un decodificador externo. En realidad, pocos televisores anteriores a 1990 cuentan con una entrada de vídeo (sea un euroconector o un par de jacks RCA), por lo que no es posible conectarles el decodificador. Y en los pueblos y en las casas de gente mayor hay más televisores de esa época de lo que parece.

Pero no son sólo los televisores antiguos los que van a tener problemas. Todos los vídeos VHS que aún están en funcionamiento, e incluso la mayoría de los DVDs grabadores y televisores con disco duro que se han comprado en los últimos dos o tres años, sólo tienen sintonizador analógico. Por ello, son incompatibles con la TDT. Será necesario conectar a cada uno un decodificador externo, o reemplazarlos por grabadores con sintonizador digital integrado. Si optamos por lo primero, al programar una grabación tendremos que elegir la entrada de vídeo como fuente, y procurar que el decodificador externo quede ajustado al canal adecuado (y que no cambie). Explícaselo a mi madre...

Otro problema con las áreas rurales es que muchos pueblos reciben una señal pobre, por lo que tienen problemas incluso con la televisión analógica. La reciben con nieve, doble imagen o interferencias, y algunos canales simplemente no llegan. Esto es particularmente preocupante en las zonas de montaña, donde cada municipio suele tener su propio repetidor. Con una señal débil, la televisión analógica se ve mal, pero la digital no se ve en absoluto. Tras el apagón analógico, por tanto, muchos pueblos van a quedar sin televisión, o van a malver tres o cuatro canales.

La TDT de pago no implica, como algunos medios de comunicación han intentado hacer ver, que los televisores y receptores comprados hasta ahora dejen de funcionar. Únicamente son incapaces de aceptar la tarjeta de claves y decodificar los canales de pago; pero esto ya se sabia, pues está en la especificación del estándar DVB. Y, ya que estamos, tampoco son capaces de acceder a los servicios interactivos, o mostrar imágenes en alta definición, capacidades que -también- han sido anunciadas a bombo y platillo como las grandes ventajas del nuevo sistema. Aunque mucho me temo que tardaremos mucho en ver dichos servicios: ambos requieren que las cadenas de televisión inviertan en infraestructuras (o que elijan emitir un canal de mejor calidad en lugar de dos canales inferiores).

Y ya ni hablo de la millonada que muchas comunidades de vecinos y particulares se están gastado para adaptar antenas, amplificadores y cableados para que funcionen correctamente con la nueva señal. Todos conocemos más de un caso.

Teniendo en cuenta que las ventajas reales de la TDT sobre la televisión analógica son, hoy por hoy, pocas, y que los problemas que creará la eliminación de la señal tradicional son importantes, todo este asunto me parece una locura. Mejor habría sido, sin ninguna duda, permitir que las señales analógica y digital convivieran pacíficamente. El único perjudicado de este apagón artificial es el televidente, que va a encontrarse problemas por todos lados. Pero, claro está, hay que mantener contentas a las televisiones para que no critiquen mucho al gobierno de turno. Así nos va.

3 comentarios:

Marcos Orallo dijo...

Según tengo entendido, es necesario liberar el espectro de TV analógica para poder dedicarlo por completo a la TDT, y poder así disfrutar de la TDT-HD. No se puede tener todo :-)

Grijan dijo...

Marcos, esa es la justificación que ponen los políticos. Pero hay que ser realistas. En el ancho de banda de un canal analógico caben o bien un canal en alta definición, o cuatro en definición estándar. Ya te imaginas qué van a elegir las cadenas (una pista: viendo la "calidad" de los contenidos, es de esperar que la "calidad" de la señal sea similar).

Al final, el apagón analógico, aparte de los problemas que cuento, va a favorecer la proliferación de canales basura. De hecho, cualquiera puede verlo ya (en mi área, hemos pasado de 9 a 25 canales, pero con la misma morralla de siempre). Y la alta definición la vamos a ver muy poco.

Anónimo dijo...

El espectro que se liberará es la fuente de todos los tejemanejes.
Claro que se liberará espectro, y a quién se asignará es la cuestión ¿cómo iban a aceptar las operadoras de telefonía un impuesto para subvencionar a RTVE tan "tranquilamente" ???
A las televisiones les han concedido más canales digitales, que no espectro analógico, y ellos deciden como asignan el ancho de banda a los diferentes canales.
Otro tema es la limitación de un número máximo de canales que en teoría tienen, aunque ya han comenzado a saltárselo con algún canal teletienda creado.
Bueno, que todo esto ya estaba inventado, y sólo hace falta echarle un vistazo a la televisión digital por satélite.
¿de dónde saldrá el ancho de banda necesario para retransmitir con una cierta calidad (no HD) un evento deportivo en pago por visión? Pues de bajar la calidad a los canales de ese mismo operador en abierto.
Estoy con Grijan, más canales no significan mayor calidad, ni tdt tampoco.
Además de dónde no hay no se puede sacar (la técnica puede ayudar un poco pero no hacer milagros) y el espectro es finito, aunque ya se encargan comerciales y políticos de preocuparse por el "interés general".